Sumerjo la mano izquierda en su pelo y con la otra le sostengo la nuca. Me miran sus ojos negros, ojos de tuareg sin oasis.
Nos aficionamos a no hacer uso de la discreción, a levantar sospechas. Se nos olvidaba que no debía ser así y, aunque nos habíamos despedido de la moral hacía tiempo...
Su boca entreabierta se acerca violenta a mi cuello, quiero que deje testimonios en él y presumir de que soy tuya.
...esta no se había querido despedir de nosotros y de vez en cuando volvía, convirtiéndonos en delincuentes. Tú corrías a esconderte detrás de lo legítimo.
Concavidades y convexidades en las yemas de nuestros dedos, la piel, el mundo flotando en el líquido amniótico de tus besos.
Cuando te vas, te llaman a gritos las palmas de mis manos.
Nunca dejes de volver...
Nunca dejes de volver...
Nunca escribirás de un modo parecido a mal. Estoy seguro que tus palabras deben fluir como un río por tu interior y las dejas derramarse así, sin más, pero no sé si todo el mundo es merecedor de poder saborearlas.
ResponderEliminar¿Qué te puedo decir que no haya dicho antes?
Impresionante uso de las palabras: haces que una o dos frases seguidas que de una manera pueden carecer de valor ( si son mal formuladas ) se conviertan en un arte independiente. Es como si la alegría, el pesar, la preocupación, etc. de tu mente fueran parte de la historia universal.
Te quiero, Laura.
Un exaltado Albert.
Su boca entreabierta se acerca violenta a mi cuello..
ResponderEliminarWOW