miércoles, 27 de enero de 2010

La muerte debe saber a gloria...

Espero morir... morir a manos de mí misma y morir en mis propios brazos.
Que no me consuele nada más que mi propio llanto, lo único que me acompañó siempre.

En este rincón oscuro... arrullada por sonidos faimiliares, distorsionados y lejanos... lamo la sangre que brota en una esquina de mi piel, lamo el filo del cuchillo que hace brotar esa sangre... ansia incoherente de curar y de herir a la vez.

Repasar con la mente los recuerdos y reencontrar pedazos de mí olvidados... ansia de mirar y reconocer lo que un día fui.

Vivo en el vértice...a punto de caer, pero con el equilibrio indeseable de quien no encuentra manera de tirarse al vacío.